Gestiona cambios: 7 claves para paisajistas que usan BIM.
En los proyectos de paisaje y en general en cualquier proyecto, los cambios son inevitables. Pero si no se gestionan con estrategia, pueden convertirse en fugas de tiempo, errores en obra o incluso en retrabajos costosos.
Aquí te compartimos 7 prácticas que hemos implementado en EA Paisaje para mantener el control del modelo, incluso cuando el cliente cambia de opinión más de una vez.
1. Registra todo cambio antes de modelar:
no trabajes desde lo verbal
Todo proyecto evoluciona. El cliente cambia de idea, el contexto se ajusta, aparece una nueva necesidad. Que haya cambios de diseño es completamente normal.
Lo que no debería ser normal es no saber cuándo, por qué y quién pidió ese cambio.
En nuestro estudio aprendimos que confiar en la memoria o en mensajes sueltos es una receta para los retrabajos.
Por ello, antes de siquiera tocar el modelo, usamos dos herramientas clave:
Registro de cambios.
Es básicamente un documento que te ayuda a describir qué se pidió, quién lo solicitó, en qué fase llegó y en qué versión se implementó.
Este documento nos ayuda a evitar contradicciones, validad desiciones y ubicar dentro del modelo cada ajuste realizado.Matriz de impacto
Este documento es una hoja de cálculo donde se registramos cada ajuste solicitado y que nos permite evaluar cada cambio en tres ejec clave:
Impacto en tiempo
Impacto en costo
Impacto en coordinación
Si un cambio tiene alto impacto en los tres, debe tratarse con mucho más cuidado y lo priorizamos.
No todo cambio debe modelarse de inmediato. A veces, esperar es parte de hacer bien las cosas.
2. Valida con el cliente antes de modificar:
no todo cambio se modela igual
Antes de realizar cualquier cambio en el modelo, asegúrate de que el cliente lo haya validado explícitamente.
Muchas veces, al recibir un comentario o sugerencia, reaccionamos de inmediato y empezamos a modelar… cuando en realidad pudo haber sido solo una idea al aire, un pensamiento en voz alta o una prueba para ver cómo respondíamos.
En cualquier caso, una validación clara siempre será mejor que un retrabajo innecesario.
Y no menos importante: asegúrate de conocer el nivel de detalle requerido.
En un proyecto con LOD 350, cada ajuste implica una mayor precisión, más tiempo y detalle en la ejecución. En cambio, si estás en un LOD 200, hay cambios que pueden resolverse directamente con elementos 2D o con geometría más sencilla, sin invertir horas en modelado complejo.
Tener clara esa diferencia antes de tocar el modelo puede marcar un antes y un después en tu flujo de trabajo.
3. Haz revisiones semanales del modelo para mantenerlo limpio y coordinado
Al inicio de un proyecto es muy sencillo mantener un modelo limpio y libre de elementos no deseados. Sin embargo conforme el proyecto avanza, ya habrá al menos un archivo CAD y con él, una lista de 50 layers, patrones y tipos de líneas que actuarán desde las sombras haciendo que tu modelo sea más pesado y dificil de abrir cada que quieras acceder a él.
Para evitar que esto suceda, en nuestro equipo destinamos un tiempo cada semana para hacer limpieza de modelos:
Purgamos elementos no usados
Revisamos nomenclaturas de elementos
Eliminamos vistas sin utilizar
Y buscamos que no haya componentes CAD ocultos que se haya colado sin invitación.
Este hábito no solo mantiene el modelo ágil, también te ayuda a rastrear cambios con mayor facilidad.
Cuando los elementos están correctamente nombrados y organizados, puedes comparar versiones y detectar rápidamente qué se modificó, cuándo y en qué parte del modelo.
4. Evita errores al editar geometrías: usa las herramientas con criterio.
Imagina esto:
Ya te han dado luz verde para proceder con algún ajuste del modelo.
Editas el suelo que se modificó en geometría. Eliminas una línea del perimetro de este suelo y la reemplazas por la nueva línea en su nueva ubicación.
Todo parece bien, pero al dar OK a los cambios, Revit te manda el mensaje:
“5 cotas y 10 niveles serán eliminados”
Y aquí comienza lo tedioso: Has decidido aceptar el reto de identificar en cual de tus 50 vistas se eliminaron esas cotas y niveles. Luego, tendrás que volver a colocarlas. Y todo por un cambio que parecía “simple”.
Este tipo de situaciones nos enseñó que no siempre la primera solución es la mejor.
Antes de editar, evalúa las distintas formas de resolver el problema.
Muchas veces no necesitas eliminar nada: puedes simplemente alinear o mover las líneas existentes con herramientas como Align o Mover, manteniendo así los vínculos con cotas, niveles y propiedades asociadas.
Y si necesitas agregar nuevos elementos similares a los que ya existen, evita empezar desde cero:
Usa el comando Copiar (CO) sobre un elemento ya configurado. Así, no solo duplicas su geometría, sino también su información (materiales, parámetros, tipo), lo que es clave si ya tienes tablas de cuantificación bien estructuradas.
5. Coordina los cambios con todo el equipo, no sólo en tu cabeza
Nada más peligroso que asumir que todos están “en la misma página”.
Uno de los errores más comunes al gestionar cambios en un proyecto es dar por hecho que todos ya saben lo que hay que hacer, sin haberlo hablado en equipo.
Y sí, aunque trabajemos en home office, eso no es excusa. Hoy tenemos más herramientas de comunicación que nunca: chats, videollamadas, comentarios en la nube… Lo que antes requería una junta presencial, hoy se resuelve con una buena dinámica de revisión remota.
Esto es algo que hemos aprendido y reforzado en nuestro estudio. La importancia de hacer reuniones semanales de revisión.
No solo sirven para resolver dudas técnicas o alinear expectativas. Estas reuniones son clave para asegurarnos de que todos estamos trabajando bajo la misma versión, intención y contexto del proyecto.
Puede parecer un punto sencillo… pero cuando se omite, las consecuencias se notan: Hay entregas mal coordinadas, errores por interpretación y retrabajos que pudieron evitarse con una llamada de 20 minutos.
6. Define cuándo aplicar un cambio… y cuándo postergarlo
Antes de aceptar un cambio, hazte estas dos preguntas clave:
¿El cambio implica recoordinar otros elementos?
¿El presupuesto lo permite?
Tomarte unos minutos para reflexionar en estas dos preguntas puede marcar la diferencia. Porque una vez que comienzas a hacer el cambio, no hay vuelta atrás sin costo de tiempo, energía y recursos.
¿El cambio implica recoordinar otros elementos?
Esta pregunta hara plantearte si el cambio que estas a punto de realizar afectará mas de un plano, a más de un elemento, tablas, etc.
En ese momento ya no es solo "mover un elemento", sino revisar todo lo que ese cambio toca.
Y como todo proyecto tiene una fecha límite, vale la pena pensar:
¿Este ajuste retrasará la entrega?
¿Necesito sumar más recursos al equipo?
¿Será necesario pedir una extensión de tiempo para mantener la calidad?
¿El presupuesto lo permite?
Esta pregunta va más dirigida a quienes gestionan el proyecto a nivel estratégico.
Porque sí: tiempo es dinero, y cada ajuste consume horas del equipo.
Nunca vamos al súper con $100 y salimos con $200 en productos… lo mismo aplica aquí: cada proyecto tiene un presupuesto y es fundamental respetarlo lo mejor posible.
No todos los cambios deben hacerse en el momento, pero sí todos deben hablarse con claridad.
7. Antes de publicar, asegúrate de que todo está en su lugar.
Una vez realizados los ajustes, no basta con suponer que todo está bien. Siempre es necesario verificar que cada cambio se haya implementado conforme a lo solicitado.
En nuestro equipo, ningún modelo ni paquete de planos se comparte sin pasar por un checklist interno de calidad. Este proceso nos ayuda a garantizar que el trabajo que entregamos esté alineado con lo que se pidió y con los estándares del proyecto.
¿Qué revisamos?
Que el cambio esté implementado correctamente
Que esté documentado en el plano con su revisión correspondiente
Que haya sido validado por nuestro BIM Manager
Si el checklist no está completo, no se publica.
Parece un paso extra, pero en realidad es una barrera de protección para el equipo, el cliente y el proyecto.
Porque no se trata solo de hacer cambios… sino de asegurarse de que se hicieron bien.
Conclusión
Como mencionabamos: en los proyectos de paisaje y en general en cualquier proyecto, los cambios son inevitables.
Lo que sí puedes evitar es perder el control del proyecto en el intento.
Documentar, validar, limpiar, comunicar y revisar no son pasos extra: son los pilares que cuando se integran al flujo de trabajo, transforman la forma en que un equipo enfrenta los ajustes del día a día.